jueves, 28 de octubre de 2010

La Cultura Light

Objetivos:
Se plantea describir la década de los 80’ a través de las manifestaciones de la filosofía del cine y/o la música, sobre el particular el blog expone La cultura light: Don't worry, be happy.


"Light" se entiende como ligero, liviano, donde el lema es: "¡no complicarse!" (don't worry!), "¡sé feliz!" (be happy). Dicho de otro modo: no pensar, olvidarse del sentido crítico. Entonces, ¿qué es cultura light? 

Se trata un tipo de vida donde existen diversas ideologías que se han ido tejiendo en la mente de las personas con el paso del tiempo donde prima la superficialidad, la falta de compromiso y de profundidad en la vida, lo que podríamos entender como la falta de capacidad para reflexionar y, por lo tanto, la expulsión de cualquier forma de sentido crítico. Todo es "light": la vida, las relaciones interpersonales, la actitud con que se enfrentan las cosas, la comida, las diversiones. Cigarros, sodas, artistas, cervezas, estrellas, todo es light.

La posmodernidad es la celebración de lo light, la livianizacion de todas las experiencias pesadas de la modernidad. Si la vanguardia era una praxis difícil de tolerar, se le aligeró en forma de moda; si la metafísica era pesadísima se le rebajó en forma de lógica. Toda la modernidad fue hecha light, desde sus iconos hasta sus lemas.

Lo Light es lo automáticamente entregado. Por eso para gozarlo no requerimos ningún esfuerzo de parte de la obra, no hay ningún intercambio exigente entre la obra y su receptor. Más bien la obra es la receptora de nuestros mensajes culturales. Lo light no nos da nada, nosotros somos quienes le otorgamos todo sentido, por lo tanto es pasiva. Lo light de ciertos productos culturales es posible sólo porque la obra no requiere ser demasiado activa (es decir, significativa) sino que descarga el peso de la actividad sobre el supuesto 'receptor'. 


Es producto de un sinnúmero de variables que van retroalimentándose una con otra como la Segunda Guerra Mundial, el auge del neoliberalismo, la caída del bloque soviético, la supuesta "muerte de las ideologías", el mundo unipolar, el triunfo absoluto de la gran empresa; en definitiva: lo que hoy día se presenta como un éxito masivo del capitalismo y su ideología concomitante, son todos factores que se asocian unos con otros dando como resultado esta individualización hedonista, del facilismo, de la apología ramplona del consumismo.  

En este contexto "cultura light" vendría a significar: individualismo exacerbado, búsqueda inmediata de la satisfacción, escasa profundidad en el abordamiento de cualquier tema, superficialidad, falta de compromiso social o incluso humano, banalidad, liviandad. Todo ello marcado por un culto a las apariencias. Sólo importan las formas, ser bello, estar bien presentado. Lo demás, no cuenta. 

Según lo anterior, podemos considerar las siguientes características del hombre light:
  • Permisividad: Todo está permitido. El hombre light no tiene sus valores definidos, ya que estos representan fronteras que moderan nuestras acciones. El respeto, la fidelidad o la honestidad, no son otra cosa más que límites que nos imponemos a nosotros mismos.
  • Relativismo: No existe ni bien ni el mal, ya que todo depende del enfoque con que se percibe la realidad, siendo un ente amoral. Al no existir una diferenciación entre lo correcto y lo incorrecto, nos sumergimos en un estado de absoluta indiferencia.
  • Consumismo: Cultura del exceso. La meta única del hombre es tener más; sin embargo, al ser permisivo y no tener límites ni un objeto definido claramente, su ambición nunca podrá ser satisfecha.
  • Materialismo: Vivimos en un mundo plástico donde todo es desechable (“cultura de la basura”) y no existe trascendencia. Los ámbitos espirituales y culturales son ignorados; lo único que tiene un valor es aquello que tiene un precio, donde es el dinero el valor más grande de todos.
  • Hedonismo: El hombre light solo tiene interés por vivir el instante inmediato. Para él, el placer y la comodidad son sinónimos de la felicidad. El mundo gira alrededor del hombre light, y la realidad existe tan solo para satisfacer sus necesidades. Es el orgasmo es la mayor felicidad de todas.
Esta "onda light" va ganando los distintos espacios de la producción cultural, del quehacer cotidiano. La revolución científico-técnica sigue adelante con una velocidad y profundidad vertiginosas. Pero junto a ello el nivel "humano" no crece al mismo ritmo. Hasta incluso podría decirse que no crece, y esto se puede apreciar en la falta de preocupación por el otro, la apología del facilismo, la entronización del más absoluto individualismo. De ahí esta ligereza que marca las relaciones interpersonales.  

Si bien es difícil establecer quién inventa las modas culturales, las tendencias dominantes, pero sumando todos los aspectos trazados, el arquetipo del ciudadano esperado –esperado por los centros de poder ayudados por mecanismos de mediación como son los medios masivos de comunicación– termina constituyéndose como un consumidor pasivo que no discute, que cuida ante todo su sacrosanto puesto de trabajo, que se ocupa sólo de lo cosmético irrelevante y que no piensa. En el caso de los adolescentes, existe una cierta quietud en este grupo humano, no intenta rebelarse, no es combativo, no siente brecha generacional, no discute ideológicamente, no presenta batallas. En lugar de rebeldía hay indiferencia, incomunicación. El adolescente actual aparece menos problematizado de lo que ocurría con las personas de su misma edad hace algún tiempo atrás.

Como oportunamente lo señala Luis Britto García: "La regla de lo light es la sistemática omisión de lo pertinente: cigarro sin nicotina, café sin cafeína, azúcar sin azúcar, música sin música". (…) "Política sin política. Partidos sin partidos. Organizaciones sin ideología. Carismas sin programas. ¡Misterio sin profundidad! ¡Revelación sin pavor! ¡Iluminación sin trascendencia! ¡Nirvana instantáneo! ¡Paraíso desechable! ¡Purgatorio spa! ¡Fast God! Consumismo industrial beatificado en el supermercado espiritual". (…) "Ángeles y modelos no menstrúan, o no debe parecer que lo hacen. En su obsesión por ocultar la función real y mostrar la simbólica, postula lo light vientres que no digieren, senos que no amamantan, carne que no envejece. La biología no existe. Toda expresión fisiológica ha de ser testada. El apetito es crimen, el vello tabú, el olor pecado mortal, el sudor alta traición. El desodorante es el sacramento light. La anorexia, su estado de gracia."

El mundo contemporáneo, que nos legó la caída del socialismo real, es un ámbito donde ya no hay esperanzas, no se cuestiona, se acepta todo con resignación. O al menos esto es lo que se mantiene como tendencia dominante. Consumir, buscar la felicidad y la realización a través de lo material, no complicarse. 

Como elemento básico en la conformación de esta cultura tenemos los medios audiovisuales, y en especial la televisión. En este período ha pasado a ser vehículo por excelencia de esta moda de lo banal. Nada mejor que la cultura televisiva para entronizar la apología del "no piense, mire la pantalla". La imagen presenta un sinnúmero de estímulos que actúan de forma masiva e inmediata a nivel del sistema nervioso central. El poder de la imagen es mayor que toda otra vía de transmisión. Los signos pueden ser reemplazados cada vez que haya necesidad de renovar las campañas publicitarias, al fin y al cabo quien mantiene constante el circuito de los sentidos es el consumidor. Esta sobrecarga de contenidos simbólicos en plena época light se manifiesta en fenómenos de reacción frente a la saturación como el estrés, la bulimia, o la sobredosis. Por eso la televisión es la matriz fundamental de esta cultura de lo no reflexivo. 


El reto es ir más allá de todo esto, intentar desafiarlo, discutirlo, quebrarlo. Hay que ser irreverente con el poder, con lo constituido, con el dogma. Aunque sea un muy modesto aporte en esta lucha por un mundo más vivible, más justo y equilibrado, un paso en torno a todo esto es perderle el miedo a pensar. Retomando el ideario del mayo francés entonces, idearios que hoy parecieran tan lejanos: "La imaginación al poder"

Carolina Jerez Jara
Psicología VI semestre
Facultad de Ciencias Sociales
Universidad Santo Tomás
Copiapó

4 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. me gusto mucho el video chicos, buen soundtrack

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  3. que triste ver que tu blog es solamente plagio, deberías construir tus propias ideas y citar las fuentes de donde lo copiaste o por lo menos parafrasear.

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